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A día de hoy seguro que ya sabes algo más sobre el dolor femoropatelar, por lo que hemos contado en las dos entradas pasadas. Desde la introducción de la patología, hasta su correcto diagnóstico y evaluación. Pues bien, queda el último vértice del triángulo del correcto manejo de los pacientes, el tratamiento.

El tratamiento siempre debe basarse en lo recogido en la entrevista personal con el paciente, y SU sintomatología y situación, y recalco en ese SU, porque es fundamental individualizar el tratamiento al paciente. Verás, como sabes, cada persona es un mundo, y cada persona vive su patología de una manera, por tanto, basándonos en lo que nos dice la literatura científica más actual, poniendo el paciente en el centro del tratamiento, vamos a obtener un buen resultado y la total recuperación del paciente.

Bien, ¿qué nos dice la literatura científica? Es una buena pregunta, y tiene muchas y muy buenas respuestas.

Es posible que ese dolor que tienes tenga origen en la Articulación témporo-mandibular (ATM).  Son muchos los factores(desplazamientos del disco, bloqueo articular, dolor orofacial, procesos degenerativos, etc.) que pueden estar involucrados en los trastornos la ATM. Por este motivo, lo primero es realizar una correcta historia clínica y un completo examen físico por parte del fisioterapeuta. Una de las cosas a valorar será la apertura máxima de la boca (un valor inferior a 40mm se considera restricción), también la palpación en la articulación para percibir sonidos articulares y dolor mientras se realizan movimientos de mandíbula. Las pruebas de imagen como la resonancia magnética donde se observa posibles problemas en el tejido blando y la relación entre el disco y la articulación, la tomografía computarizada para observar el hueso y radiografías panorámicas, entre otras, permiten ayudar a identificar cambios en la estructura tanto ósea como del tejido blando y a mejorar el diagnóstico de fisioterapia.

…Vale, llego a la conclusión de que mi problema viene por la mandíbula... ¿Y AHORA QUÉ?...

El tratamiento de las lesiones de los tendones ha sido durante mucho tiempo una dura batalla para los profesionales. Afortunadamente a día de hoy sabemos mucho más acerca de los tendones. Una de las lecciones más importantes que nos ha enseñado la ciencia es que el reposo es el MAYOR enemigo a la hora de enfrentarte a una lesión del tendón. Como hemos señalado en entradas anteriores, el tendón es un tejido vivo en constantes procesos de adaptación. Si un tendón se ha lesionado porque hemos sobrepasado su capacidad de resistir un cierto ejercicio a una cierta intensidad, el reposo va a hacer que ese tendón se “adapte” al reposo y en un breve corto de plazo va a tener aún menos capacidad de resistencia de la que tenía antes de la lesión. Este detalle crea el caldo de cultivo perfecto para que esa lesión no termine nunca de recuperarse y esté dándonos la lata de manera continuada. Si has tenido un problema de tendón, seguro que esas recaídas te suenan.  No te asustes si acudes a un fisio con una lesión en el tendón y te pone enseguida a realizar ejercicio, al contrario, muy probablemente estés en buenas manos.

De este modo, el tratamiento general de una tendinopatía debe tener los siguientes puntos: