Movimiento para la salud
04/12/20113 síntomas que me pueden hacer pensar que tengo una tendinitis
08/06/2018Lo primero que tienes que saber es que la “tendinitis” es el nombre más extendido para clasificar de alguna manera el dolor en la zona por la que pasa un tendón. Muchas veces es una palabra usada incorrectamente, pero no quiere decir que tu médico o fisioterapeuta esté mal informado. A veces se utiliza para que el paciente entienda “grosso modo” cuál es su dolencia. Para no caer en errores y sin entrar en detalles aburridos y técnicos, de ahora en adelante nos referiremos a la “tendinitis” como “tendinopatía”, o sea, afectación o lesión del tendón.
Si no estás bajo seguimiento profesional, y sospechas que lo que tienes es una lesión del tendón es importante que conozcas qué factores de riesgo suele ser los necesarios para que florezcan las lesiones del tendón. En esta entrada te los vamos a presentar.
Muchas veces, el hecho de que se note dolor en un tendón no implica necesariamente que haya una lesión en el tendón. Piensa que el responsable de transmitir el estímulo que tu cerebro puede (o no) interpretar como doloroso es el nervio. Pues bien, en algunas ocasiones se pueden presentar algunos aspectos que “agreden” a un nervio y éste puede comenzar a hacerte sentir dolores que se parecen pero que no tienen nada que ver con las lesiones del tendón.
Por regla general las lesiones que verdaderamente afectan al tendón están relacionadas con cambios en la “carga mecánica” de ese tendón. Por ejemplo, has empezado de manera brusca a realizar algún tipo de actividad que antes no hacías y te ha comenzado el dolor. O has estado un tiempo prolongado sin hacer nada de actividad y has vuelto a la actividad física sin un correcto acondicionamiento. Piensa que el tendón es un tejido vivo que se adapta con una cierta facilidad y rapidez a los cambios a los que se ve sometido, bien si aumentamos poco a poco nuestra actividad o bien si la anulamos.
- Factores de riesgo Intrínsecos: normalmente se consideran factores intrínsecos aquellas características físicas que presenta la propia anatomía del paciente. Por poner algún ejemplo a nivel general; tener una pierna más larga que otra o tener alguna limitación de movilidad articular de manera más o menos duradera en el tiempo (fracturas mal curadas, lesiones o dolores articulares, debilidades musculares…).
- Factores de riesgo extrínsecos: Son factores asociados al medio externo del paciente, es decir a su entorno. Si tienes un trabajo activo o eres un deportista el problema puede estar en algún movimiento repetido demasiadas veces, o un mal gesto o un esfuerzo para el que tu cuerpo no está adaptado. Si eres una persona sedentaria, normalmente pueden ser posturas mantenidas que están sometiendo al tendón a un estiramiento o a una compresión. Otro factor que suelen presentar muchos de nuestros pacientes son alteraciones en la manera de apoyar el pie mientras caminan o corren, en este caso, para las lesiones tendinosas del miembro inferior.
- Otros: cada vez están más claras las relaciones entre algunas enfermedades y la aparición de lesiones relacionadas con la “mala calidad” del tejido conectivo (tendones, entre otros). De todas estas enfermedades que muestran esta correlación, las más extendidas en la población son: diabetes, hipo o hipertiroidismo, obesidad y otros cuadros clínicos que cursen con déficits vitamínicos.
Por ello, es necesario que busques tratamientos de profesionales que estén acostumbrados a reconocer y tratar este tipo de lesiones, ya que una valoración inicial correcta marcará el éxito del tratamiento. Si la valoración inicial es incorrecta, el tratamiento será ineficaz.