Es una de las tendinopatías por excelencia, el tendón de Aquiles tiene una altísima importancia en el proceso de la marcha. Se trata de un proceso patológico que cursa con dolor en la parte posterior del tobillo y en ocasiones también en la planta del pie. Los factores de riesgo de ésta afectación se pueden resumir en: sobre-esfuerzos, alteraciones en la pisada/uso de mal calzado y algunas disfunciones articulares del miembro inferior.

Los tratamientos que realizamos cuando nos encontramos un paciente de éste tipo tienen que ir encaminados principalmente a resolver la alteración principal, generalmente abordables desde el concepto de la terapia manual. Después, si la lesión es lo suficientemente antigua como para haber producido un daño en la estructura interna del tendón, habrá que realizar técnicas y ejercicios encaminados a recuperarlo en la medida de lo posible.

En algunas ocasiones, los pacientes presentan cuadros excesivamente crónicos que pueden incluso degenerar en roturas totales o parciales del tendón de Aquiles.

Si sufres ésta lesión, es posible que también te moleste a veces en la planta del pie, en el gemelo o incluso en la cadera.